domingo, 5 de junio de 2011

PROPIO DOLOR

Óleo sobre lienzo 27x22 cm.


Percibí la soledad dolida en un hospital, estaba sólo ante mi y más sólo ante los demás y no me importó, empecé a escribir este poema de mi destino.

El dolor nos arremete en el confusionismo del propio ser.

PROPIO DOLOR
Fue el ocaso de querer ser,
también el dolor ecuánime
de llegar a trasmitir
el morse de una urgencia.
Despedida no quiso estar
entre ellos
ni tampoco la vieron participar
en las risas vividas de aquello
en presencia de los talones presentes.
Todo quedó helado
en una parada en un mismo,
parálisis fluido
en dolor arremetido
en la trasmutación
de un fundido cuerpo lacerado
en menos de hueso
en menos carne,
en menos de un día restado
en el suspenso conglomerado.
Retina percibida de humos orgánicos
en la niebla de símbolos sembrados.

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