Sombra refrescada
Brecha en el cielo,
racimo de estrellas.
Un violín con gritos de garganta,
en el tintineo de oídos.
Una botella rompió espejos en el agua,
en manantiales que alumbran.
Un ojo se encerró en su hueco
y se enteró que no dormía,
como cristal en manos.
Azucarada mosca, perseguía
con insensatez miel derramada
en cántaros de sueños.
Pedazos de horizonte
que iluminan un camino,
bombilla deslumbró la noche
y se dejó que la vistieran
en perchas de calavera.
Una flor danzarina busca mariposas,
en ánima que se desliza,
en vuelos de primavera,
susurrada en los muros
de cal y arena.
La calle mojada en besos alados,
apolladas en manga de hombro
escondían tripas de acero.
Jardín plantado en decorada alma,
dibujada en un sendero sin distancias.
Proa que arruga las semillas de pensamiento,
que ven unos instantes reconfortados,
en un decir de silencio esperado.
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