
Poema: Garcia Lorca
Cien poemas distrajeron
y alteraron unos ojos
que manoteaban el oxigeno
de la realidad.
El bullicio de los vivos
se endosaba en los hombros.
Ladridos tallados
en fosas engendradas
en carne y tierra
de Garcia Lorca.
Versos que recuerdan la lírica
de una voz en Nueva York,
engalanada en acero
y negros de cuña.
Navajas de borde luna,
enlucida en piel de aquél,
que nunca tuvo ella.
Los rascacielos encallaron en puerto
y él se asomaba,
en Granada de tumba.
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