Montaje Land Art. Fotografía.
Poema
De aquella última lágrima sobrevino
el recuerdo atado
a las llamas
del infierno.
Fue roto y se abrió
el rostro en sus orificios;
los ojos, la boca, los oídos,
y cada poro se desplazaron
a la trashumancia de lo vivido.
El ruido del silencio que vino a llenar
la insipidez del caos,
temblores de la tierra seca,
no pudo tocar el razonamiento y se quedó solo.
Así cantaba el infierno,
así cantaba Lucifer
con la boca abierta,
se puso en el rezo imposible
y naufragó en su mirada envuelta.
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