Instalación, Land Art.
Vagabundo
A veces no ve nada
ni la mancha de una blanca pared,
ni el semáforo en rojo,
dice que vive en el umbral.
Anda sin volver atrás
y se guarda el ceda el paso
para ser primero en llegar
al crisol de gritos
en la espesura de las horas descontadas.
Tropezó el sabio vagabundo,
tenía vino y su caja de cartón
daba patadas al parque del sol,
se encontró una moneda,
cara al norte,
cruz al sur
y se obligó a ser mirada de céfiro.
Suena la sirena
en una ciudad envenenada
llevan un detenido
y sus kilos desmemoriados.
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