domingo, 15 de noviembre de 2009

Madrid abierto.

Este Madrid que se desenterró cuando nací, y le vi crecer en los extrarradios de los arrabales, ciudad que me ahoga, pero sin ella no podría vivir.


POEMA

Humo alquitranado
en sudores ensangrentados.

Madrid rallado
en los escapularios de estómagos.
Vientos adoquinados
en la argamasa
de hombres y cemento.

Rueda de esqueleto,
coche en movimiento.
Gente que no se conocen
en las palabras del otro;
más se fue corriendo,
el reloj le dejaba sin aliento,
la lengua le usurpaba
el hueco eterno.

Ojos que llegaban
de mirar a un tonto
y un loco,
la ciudad los miraba de reojo.

Un árbol alquilaba la sombra
que bosquejaba un Madrid abierto.

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